AÑO 2025
ES INTERESANTE, FICCION PERO PUEDE SER
Editorial de Guadalupe Loaeza, publicada en El Norte el 15 de abril 2008
Nos encontramos en el mes de marzo del año 2025, a unos días de que llegue la primavera. Son cerca de las siete de la noche. En la habitación de la anciana se respira un ligero ambiente de nostalgia. Más que enferma, la mamá grande se siente agotada, no tanto por sus años sino por sus recuerdos, que le pesan en el alma. "¿En qué piensas, mamá Lu?", le pregunta preocupado el joven de 22 años que suele visitarla cada vez que se encuentra en México de vacaciones de la Universidad de Stanford en donde estudia economía. "A mi edad ya no se piensa, se recuerda", le contesta enigmáticamente.-¿Y de qué te acuerdas que tanto te angustia?-De todas las cosas negativas que han puesto al país en el hoyo en que estamos.-Ay, abuela, no es para tanto. Las remesas de los mexicanos que trabajan del otro lado son cada vez más importantes. ¿Te das cuenta que ya suman más de 25 millones de mexicanos los que viven por allá? Además están las maquiladoras, las cuales también dejan muy buenos recursos. Es cierto que el peso en relación con el dólar casi no vale nada, pero esto estimula aún más las exportaciones... Por cierto, estoy preparando un texto sobre la época en que México tenía petróleo. Quiero empezar a partir del 2008, cuando surge la crisis política por la privatización del petróleo. ¿Cómo se llamaba el Presidente panista que vendió prácticamente Pemex?Al oír la pregunta, la abuela sintió que el corazón le daba un vuelco. Por un momento dudó responderle a su nieto adorado; no obstante se armó de fuerzas y dijo el nombre, el cual, para ella, formaba uno más de la lista de los innombrables. En esos momentos se le vienen a la cabeza nombres como Mouriño, Creel, Manlio Fabio Beltrones, Gamboa Patrón, Germán Martínez y otros muchos más, pero claro, el que más recordaba era el de... ¡Felipe Calderón! Y así fue como empezó la abuela a relatarle a su nieto todo lo que sucedió hacía a penas 17 años.-En ese año del 2008, el país se encontraba muy convulsionado. Dos años antes se habían llevado a cabo unas elecciones fraudulentas. De allí que Andrés Manuel López Obrador empezara a recorrer toda la República como Presidente Legítimo. Claro, todo el mundo lo tachaba de loco, no obstante seguía llenando las plazas de los pueblitos. Los más pobres seguían creyendo en él. Pues bien, ese "loco" o ese "cáncer para el país", como lo llamaban sus detractores, fue el primero en oponerse a la privatización del petróleo. El primero en convocar al pueblo para oponerse a esta locura que nos llevó a la quiebra del país."¡Auxilio, socorro, nos roban el petróleo!", "¡No, no, no, no nos da la gana ser una colonia norteamericana, sí, sí, sí, sí nos da la gana ser una nación libre y soberana!", "¡Debate nacional, reclamo popular!", "Este es el pueblo de López Obrador, ¿cuál es el tuyo, Felipe Calderón?", clamaban las multitudes que se congregaban en el Zócalo. Para esto, la izquierda ya había tomado las tribunas del Senado y de la Cámara de Diputados, porque la derecha sólo accedía a discutir este tema tan importante en un lapso de dos semanas. Urgía entonces un profundo y exhaustivo debate. Por añadidura, la derecha había tomado los medios de comunicación criticando la "clausura" de las Cámaras.Afortunadamente, el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas empezó a apoyar la defensa que hacía López Obrador. Como hijo del general que expropiara la industria petrolera 70 años antes, también le parecía una aberración la intervención de las empresas extranjeras en el patrimonio nacional. La reforma que quería hacer Calderón era inaudita, quería satisfacer la demanda de los grandes consumidores de petróleo europeos y norteamericanos. Como bien sabes, Europa no tiene petróleo. Para colmo en esa época Estados Unidos ya no producía su demanda y lo único que podía salvarlos era la aprobación de la reforma de Pemex.Por su parte, la Secretaría de Energía afirmaba que tenía la facultad de contratar con empresas extranjeras para todo lo que se necesitaba, es decir, explotación, ductos, almacenamiento, refinación, etcétera. El objetivo superior de estas empresas extranjeras era llevar el petróleo a sus países. Querían saquearnos al máximo. Nos decían que al cabo de nueve años, es decir en el 2017, México se quedaría sin nada de petróleo. Y que por lo tanto teníamos que ir a sacarlo de las aguas profundas del mar. Pero claro, como no teníamos dinero para hacerlo, necesitábamos de inversiones extranjeras.Según la señora Kessel, que entonces era la Secretaria de Energía, se requerían 2 mil pozos en aguas profundas. En otras palabras, el mandato era chuparse todo el petróleo. ¿Que por qué me acuerdo de todo esto? Porque tuve el honor de formar parte del comité de intelectuales que apoyaban a López Obrador... Junto con ellos firmé cinco desplegados. Siempre tuve muy claro lo indispensable que era que el pueblo de México impidiera ese robo. Todo lo que hubiera sido en defensa del petróleo para que siguiera siendo de México era necesario. López Obrador era la única resistencia que existía, porque Creel, Beltrones y Emilio Gamboa estaban coludidos con el PAN. La esperanza era que los priistas no aceptaran esta maniobra, pero desafortunadamente todos votaron como borregos. Dada la colusión de intereses, era preciso alertar al pueblo...El nieto escuchaba a su abuela, conmovido. Nunca se había imaginado que esa mujer, que parecía tan débil, hubiera formado parte de un asunto de tanta importancia para su país.-Y ahora, ya ves, compramos el petróleo fuera al precio que nos imponen. Nuestra energía eléctrica es cada vez más precaria, importamos gasolina, y el país está prácticamente paralizado. Ahora son los narcos los que prestan el dinero para importar petróleo. La Exxon, Texaco, Shell y Standard Oil regresaron al país... como en la época de Porfirio Díaz. No hay que olvidar que el PAN se formó a raíz de la expropiación petrolera, fueron los adversarios de la nacionalización. Y 70 años después, como buen panista, Calderón le entregó a los extranjeros los que el pueblo de México había recuperado. No obstante, López Obrador nunca cejó y siempre se mantuvo inflexible y obcecado, vino la represión total, la fuerza bruta.Esa noche la abuela soñó que su nombre figuraba en un desplegado en defensa del petróleo mexicano, junto con la rúbrica del general Cárdenas.