Suecia ha disminuido sustancialmente la prostitución, en Estocolmo, ciudad capital, la cantidad de prostitutas ha sido reducida en dos tercios y la de clientes en 80% y en otras grandes ciudades suecas prácticamente no existe la prostitución en las calles, además los burdeles y “salas de masajes” prácticamente no existen. Ningún otro país, con ninguna otra fórmula de combate a la prostitución ha logrado el éxito del experimento sueco.
Sólo bastó con cambiar la óptica en el análisis y en
consecuencia en la aplicación de la solución, se requería ver el problema con
ojos de mujer y no con la óptica machista que siempre ha prevalecido, en el
resto del mundo. Se requería ver a la prostitución como una forma de
explotación y violencia contra la mujer y legislar en ese sentido.
En 1999 Suecia aprueba una ley que:
- Penaliza la compra de servicios sexuales.
- Despenaliza la venta de dichos servicios.
Un tercer y esencial elemento fue necesario aplicar, proveer
de amplios fondos para servicios sociales integrados, dirigidos a las
prostitutas que deseen dejar esa ocupación.
También implicó un gran esfuerzo para cambiar la mentalidad
de los policías y fiscales, de tal manera que vieran que la prostitución es una
forma de violencia contra las mujeres y que los explotadores/compradores deben
de ser castigados y las victimas/prostitutas deben recibir ayuda.
En 1999 cuando se aprobó la trascendental ley sobre
prostitución, el Parlamento sueco estaba conformado por casi un 50% de mujeres.